Deja, me voy yo

La Comisión Directiva ya tenía tomada una decisión para el próximo semestre pero Mostaza se anticipó y decidió irse él solo.

A pesar de que aun no lo habían confirmado públicamente, la Comisión Directiva ya había tomado la decisión de que Reinaldo Merlo no siga siendo el técnico de Racing en el semestre que viene.

En un principio, parecía que Mostaza había levantado el nivel de varios jugadores y se soñaba con pelear bien arriba el campeonato. Sin embargo, tras la caída en la segunda fecha con San Lorenzo, el plantel nuevamente entró en la desconfianza del torneo pasado y el técnico nunca pudo revertir la situación.

A partir de ahí el equipo alternó buenas con malas aunque las negativas de a poco se fueron comiendo las positivas. Las lesiones tampoco le jugaron a favor al técnico y cuando se perdió la solidez defensiva, pareciera que Mostaza perdió el rumbo porque nunca pudo hacer jugar al equipo con la identidad que lo representa. Con el correr de los partidos y al acumular tantas derrotas, fue perdiendo banca en la Dirigencia. Víctor Blanco era uno de los pocos que confiaba en él, pero en este último tiempo le empezó a soltar de a poco la mano. Otro conflicto importante que tuvo Mostaza fue con los jugadores, ya que hay varios que no estaban conformes con el entrenador y su identidad de juego.

El hincha, a pesar de su idolatría, se fue cansando de ver a un Racing que no jugaba a nada y de a poco, sin insultarlo, empezó a mirar de reojo al hombre de la estatua para cuidarlo. Luego de la derrota en el clásico con River Merlo dijo que estaba más fuerte que nunca, pero al verse tan solo y con un final anticipado decidió renunciar. Deja, mejor me voy yo solo.

Por: Bernardo Rizzo.

Racing Club. El Primer Grande.
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