Se necesitan más proyectos y menos salvatajes

Para dar el salto de calidad y ocupar los lugares de privilegio de manera constante hay que dejar de tomar medidas a corto plazo.

Es verdad que la tranquilidad está en juego por el mal arranque de esta temporada. Que si los resultados siguen por el mismo camino más adelante se pueden lamentar. Quedó demostrado que los riesgos del descenso le pueden llegar a cualquiera, que no hay inmunidad para ninguno. Lograr 2 puntos de 30 posibles, llegar a hacer el peor inicio en torneos cortos, en un fútbol tan exitista como el que se vive lleva a replantear los objetivos.

Pero no se puede vivir de parches. No se puede cambiar de Técnico cada un mes. No hay proyecto serio posible que se sostenga de esa manera. Esos parches generan la posibilidad que se salgan y que haya que volver a emparchar. Nunca se va a mejorar de esa manera, nunca se va a dar el salto de calidad. Se puede dar alguna alegría efímera como en 2001 pero un título en 45 años no es algo que un club con la grandeza y las posibilidades que tiene Racing deba tener.

Para lograr esto es necesario planificar a largo plazo. Establecer una visión como club, fijar objetivos a corto, mediano y largo plazo y definir una identidad de juego. Es necesario unificar la filosofía futbolística de las inferiores e infantiles y ligarlas a la Primera División. El objetivo tiene que ser darle jugadores al primer equipo con los valores e ideales que el Club estipule. Los resultados de La Masía en Barcelona se vislumbraron 25 años después de su creación.

Y a veces los inicios de proceso pueden dar golpes duros. Pero si uno quiere lograr constancia, alcanzar verdadera grandeza, formar una institución modelo desde lo organizativo y desde lo futbolístico es la única manera. Y no hace falta cruzar el Atlántico para ver esas cosas. Con sus limitaciones Vélez y Lanús hoy son buenos ejemplos. Basta de sufrir siempre, pensemos en grande.

Por Gabriel Espósito / @GESposito85