Una victoria a pico y pala

Cocca fué a buscar un partido con toda la actitud ofensiva y lo consigió a base de sacrificio.

El Coliseo a reventar esperaba más que los tres puntos, con Ricky y los tres chiflados del gol, Bou, Gabi y Mili, y aprobaba (en la euforia) la bienvenida intención de Cocca en buscarlo.

Pero de la idea a la realidad hubo un océano, porque nunca tuvimos la pelota y nos acovachamos atrás, confiando en la clara mejoría de una defensa a la que le metieron un solo gol en cinco partidos. El solazo nos iluminó rápido en el boumbazo de nuestro artillero encendido y nos regaló una tranquilidad que no se tradujo en mejor juego. Ellos la tuvieron más y jugaron mejor -y merecieron más y mejor suerte-, y fuimos nosotros los que taladramos el partido, convirtiéndolo en una obra en construcción. La pelota volaba y volvía demasiado rápido, aunque todos estuvieron solidarios en la tarea, pico y pala, en una clave parecida a la noche del bosque. El problema es que aguantar 83 minutos está lejos del ideal de protagonismo. Era tan así que hasta creí oír que el aliento tenía otra letra: “Vamos, pongan vuelo, que ganamos”. Estuvimos otra vez muy quebrados, porque el enigma del doble cinco sigue sin solución: probamos a Videla con Acevedo, después con Luli Aued y ahora con Cerro, y seguimos perdiendo el medio. Ricky estuvo en su versión un-segundo-tarde y para peor los cambios no fueron el pegamento deseado. Nos se nos adhirió la pelota ni se unieron las líneas, demasiado separadas. El equipo fue una cuadrilla transpirada por sofocones y poniendo cemento al triunfo partir de las directivas de los maestros mayores de obra: el Chino con sus manos como si fueran vigas de hierro, Videla distribuyendo los ladrillos y Bou llevando la carretilla adelante.
Para seguir la racha habrá que mejorar y alcanzar verticalidad sin sacrificar juego. Que pase el que sigue.

Racing visitará a Quilmes el sábado 15 a las 20.30hs.

Fuente: Olé Por Sergio Wolf

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