
Uno recuerda el Equipo de José, y piensa en el campeón de 1966, en el invicto de 39 partidos sin derrotas, en el campeón de América, en el primer campeón del mundo argentino. Pero paralelamente a su mayor gesta, el equipo de Pizzuti desempeñaba un papel muy flojo en el torneo doméstico.
Algo similar a lo que ocurre con el equipo de Costas, que alzó dos títulos internacionales, mientras que en el plano local acumula derrotas insólitas y parecieran dos equipos distintos. Por el Apertura 2025 ya son 4 las caídas en fila.
En 1967, los de Pizzuti llegaron a la final de vuelta de la Intercontinental, con 4 derrotas consecutivas, 3 por torneo local, más la ida frente a Celtic. Además, llevaba 4 partidos sin poder convertir goles.
¡En octubre del ’67 perdió los 3 que jugó!

Tras la consagración en la Libertadores, el 29 de agosto de 1967, el conjunto de Pizzuti afrontó dos competencias: Torneo Nacional y Copa Intercontinental. Ganó la más importante de la historia, y mientras tanto a nivel local realizaba una muy mala performance.
Después de la Libertadores, disputó 18 partidos entre Torneo Nacional e Intercontinental. Por la copa ganó 2 y perdió 1, mientras que en el Nacional ganó 2, empató 6 y perdió 7. Finalizó el torneo local en el puesto número 12 de 16, con solo dos triunfos (ante el 13º y 16º). Le costaba convertir, y recibía goles casi todos los partidos.
De esos 18 partidos, en 8 no logró convertir goles, y recibió tantos en 14.

¿EN QUÉ ESTABAN PENSANDO?
En Revista El Gráfico del 10 de octubre de 1967 (posterior a la derrota con Lanús por Torneo Nacional, la tercera seguida), encontramos reflexiones de Tito Pizzuti y Coco Basile sobre la mala racha en aquel momento, y coincidían en que “La cabeza está allá”, haciendo referencia a Escocia y la Intercontinental.
